Es una forma de violencia extrema compuesta de acciones reiteradas que al no ser detenidas, pueden culminar en la muerte de la víctima.
Esta modalidad tiene como motivación común el castigo directo por no cumplir con el rol de género y, a su vez, socialmente envía el mensaje a otras personas de que también podrían ser castigadas por la misma razón.
Es importante señalar que en un feminicidio se impacta negativamente también a la comunidad y a las redes que rodeaban a la víctima: sus hijes, sus familias, amistades y grupos de trabajo, por lo tanto, son víctimas también y como tales tienen derechos.
La violencia feminicida es considerada una modalidad porque no consiste únicamente en el asesinato si no que viene acompañada de otras violencias estructurales, que se manifiestan en la comunidad y las instituciones, esta violencia impacta a la víctima de feminicidio, pero también se dirige hacia las familias de las mujeres víctimas o desaparecidas que exigen justicia.
Desde el Estado, los medios de comunicación y las redes sociales se revictimiza a familiares y organizaciones de acompañamiento a víctimas. Estos actos reiterados de violencia en torno a la exigencia de justicia en casos de feminicidio hacen evidente la tolerancia de la sociedad hacia la violencia sexual, de género y feminicida.
Fuentes:
A continuación encontrarás ejemplos de esta modalidad de violencia y el enlace a una encuesta que te permite saber si esta violencia está presente en tus relaciones.
En esta sección puedes encontrar enlistados los servicios de emergencia, asesoría, denuncia, acompañamiento tanto estatales como ofrecidos por organizaciones feministas, LGBTTTIQ+ y otras.