El 23 de junio por la noche se reportó el feminicidio de Yrma Lydya, una cantante que fue asesinada al confrontar a su marido, el abogado Jesús Hernández, por infidelidad.
Los primeros comentarios en redes sociales cuestionaban a la víctima con un montón de argumentos que no justifican de ninguna manera un feminicidio: la gran diferencia de edad entre ella y el abogado; las supuestas intenciones de Yrma para estar con Jesús debido a su deseo de dinero y fama; y dudas sobre si era su esposa y no su amante. Nos parece necesario escribir sobre este caso no sólo por las condiciones particulares en las que se dio el feminicidio, en un espacio público y con testigos presenciales, sino por el perfil de él, acostumbrado a ser intocable, los comentarios en redes sociales retratan a un abogado que más que litigar, amenaza, amedrenta y utiliza sus contactos para conseguir lo que desea, se menciona en más de una ocasión la portación y lucimiento de armas para atemorizar a los abogados de la contraparte, así como otras actitudes prepotentes.
Es importante señalar que Yrma Lydya había iniciado una carpeta de investigación en donde relataba los hechos ocurridos la noche del 19 de diciembre de 2021. La declaración de Yrma es desgarradora.
En ella, narraba que esa no era la primera ocasión en la que Jesús Hernández la agredía física, psicológica y sexualmente. Relató también las amenazas de muerte y la advertencia de que, de denunciar, nadie le haría caso pues él era amigo del presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, así como de jueces y magistrados. Jesús Hernández es gran amigo del fiscal general de la república Alejandro Gertz Manero.
Una entre… ¿cuántas?
En fechas recientes en el equipo de LiberAS solicitamos información pública a la fiscalía de la Ciudad de México sobre la cantidad de casos de feminicidio donde la víctima presentó denuncias previas en contra de su agresor. La fiscalía negó tener esos datos.
Es decir: No sabemos en cuántos casos de feminicidio la víctimas acudieron a las instancias de impartición de justicia antes de ser asesinadas. ¿A cuántas dejaron solas hasta que las mataron? Consideramos fundamental tener información de este tipo que nos deje ver un panorama claro con respecto a la efectividad de las acciones de la fiscalía para proteger a las víctimas de violencia.
Nos cuestionamos también qué pasa cuando la violencia es ejercida por un personaje como Jesús Hernández, un militar, un político, un juez, magistrado o fiscal. Sabemos que Jesús Hernández podía y puede aprovechar su posición porque tiene el poder que le dan el dinero y sus contactos, así como la promesa de impunidad, la misma impunidad que le permitió ejercer la abogacía durante años sin estar acreditado para ello.
Nos cuestionamos si el Fiscal General de la República, el Presidente del Tribual Superior de Justicia de la Ciudad de México, los jueces y magistrados amigos de Jesús estarán dispuestos a defender y proteger a un feminicida frente a toda la ciudadanía o si se atreverán a hacer su trabajo –aunque tardío- y buscar la justicia que la familia de la víctima necesite.
También nos cuestionamos cuándo como sociedad dejaremos de justificar a los feminicidas, cuándo les daremos la responsabilidad plena de sus actos, porque son ellos los que extinguen las voces de mujeres como Lydya, a quien ya no podremos volver a escuchar cantar, y que también buscan callarnos al resto, enmudecidas por el miedo de ser las siguientes.