Skip to main content

Violencia en relaciones sáficas

Hablemos de relaciones sáficas… y de las violencias que pueden surgir dentro de ellas.

Cuando hablamos de relaciones sáficas, nos referimos principalmente a las relaciones que se dan entre mujeres, pero también a algunas parejas que involucran a personas trans y no binarias que se nombran desde lo sáfico y que podrían también compartir experiencias con lo que describiremos en este blog. 

Lo primero es reconocer que cualquier persona, sin importar nuestro género ni sexualidad, podemos ser tanto quienes ejercemos la violencia como quienes la recibimosdebido a que existimos bajo un sistema que nos enseña a relacionarnos desde dinámicas de poder, en el cual los cuidados no son prioritarios. 

Generalmente cuando se piensa la violencia de pareja se relaciona con parejas heterosexuales, donde el hombre es el perpetrador y la mujer es la víctima. Esto es favorecido por un sistema capitalista y patriarcal, por lo que no exime a las mujeres de ejercer violencia también, aunque sea en otros niveles y formas. De hecho, son estas diferencias en las formas de ejercer violencia lo que  nos dificulta detectarla, pues nos acostumbramos únicamente a nombrar como violencia aquellas formas más explícitas, como los golpes o la violencia sexual, que solemos ver más a los hombres practicar (aunque no sean los únicos). 

Por ejemplo, una de las formas en que la violencia puede presentarse en las relaciones sáficas es la amenaza de exponer la identidad sexual de la otra persona si es que ésta decide terminar la relación. Esto es una forma de manipulación o chantaje y es violencia psicológica/ emocional. Ésta, al no dejar rastros físicos, puede ser difícil de identificar.

Otra forma de violencia es la económica, por ejemplo, cuando en una relación una persona controla las finanzas de la otra. El manejo de finanzas en nuestras poblaciones puede resultar particularmente desafiante, pues por razones de violencia de género solemos tener menores medios para generar ingresos,  se nos dificulta encontrar empleo formal por cuestiones de discriminación hacia nuestras identidades y expresiones de género, al igual que nuestra orientación sexual. Estas formas de discriminación y desigualdad social se suman a otras características que podamos tener en sociedades heterosexistas, raci-clasistas, capacitistas, centralistas, etcétera-

Te contamos sobre otros tipos de violencia, como la sexual, la cualhace referencia a toda práctica sexual que es realizada sin consentimiento, como cuando nuestra pareja nos presiona a tener relaciones sexuales o a realizar práctica específica con la cual no nos sentimos cómodas o que no queremos hacer en ese momento.

Existe también la violencia simbólica, que se establece por medio de estereotipos que son reproducidos yse neutraliza la discriminación ante la persona por la cual se ejerce la violencia

Las personas sáficas no solemos contar con muchas redes de apoyo, por eso, la violencia patrimonial que es el robo, retención o destrucción los documentos, objetos o bienes nos pone – al igual que las demás formas de violencia – en una posición especialmente vulnerable.

Por último, la violencia física es cuando una persona atenta contra nuestro bienestar corporal y se puede presentar en forma de pellizcos, empujones, jaloneos, bofetadas, patadas, quemaduras, mordeduras, obligar a consumir sustancias, entre otras.

Experimentar violencia no es una situación que afecte únicamente el ámbito de pareja, pues atravesar estas situaciones afecta nuestra autoestima y puede aislarnos, entre otros factores que obstaculizan nuestro desarrollo y salud integral.

Entonces, ¿cómo podemos identificar estas violencias?

Una de las razones por las que es probable que no estemos identificando la violencia en nuestras relaciones sáficas es por la falta de información al respecto. Por eso creemos que hablarlo es un primer paso.

Conocer cómo se presenta la violencia es también una manera que tenemos para identificarla. Por lo general, la violencia actúa en “tres fases” y se da de manera cíclica:

  1. Acumulación de tensión: ésta suele ser la fase más larga donde la persona que agrede se nota molesta, mientras que la otra persona lo percibe e intenta tranquilizarla o evitar que se llegue a la siguiente fase de explosión. Esto coloca a la persona que está siendo agredida como la responsable de parar la violencia.
     
  2. Explosión: aquí es cuando se manifiesta la agresión, suele ser la fase más breve pero que puede poner en grave riesgo a la persona que está siendo violentada.
     
  3. Fase de luna de miel: esta última fase es la que nos hace creer que no volverá a ocurrir y muchas veces incluso nos hace preguntarnos si es algo que nosotras mismas ocasionamos. La respuesta a esa pregunta es no. Las personas responsables de las violencias son las que la ejercen.
     
     

Algunas recomendaciones que podemos compartir son:

  • Cree en tu intuición. Si algo no se siente bien es porque no está bien.
  • Habla con una persona de confianza acerca de lo que estás viviendo, cuando te sientas lista.

Recuerda que no estamos solas, incluso si en el momento no contamos con redes de apoyo, siempre podemos crearlas y recibir apoyo externo. En nuestro directorio encontrarás algunos servicios particularmente sensibles a las personas LGBTIQ+, en caso de que tú o alguien que conozcas esté atravesando una situación de violencia.

Lesbifobia fanzine, material de Jóvenes por una Salud Integral, A.C.,aborda situaciones de violencia que van desde lo más perceptible hasta lo más difícil de detectar, en espacios públicos y privados incluyendo las relaciones sexo-afectivas entre mujeres lesbianas y bisexuales.

  • Puedes leerlo aquí: Lesbifobia Fanzine