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¿Qué son las amenazas?

Presencia de amenazas en el cotidiano.

Las amenazas como gesto establecido en el diálogo entre personas y modificación del comportamiento están presentes en muchos espacios y en todos buscan crear incertidumbre sobre si se consumará la violencia implícita en la amenaza o no.

Una amenaza en sí misma puede ocasionar pánico, sin embargo no debemos perder de vista que conforma una expresión de que (por ahora) se han decidido utilizar las palabras, para causar alarma y no la violencia para causar daño.

Por lo tanto tenemos un margen para la acción en la evaluación de esta amenaza y las acciones a emprender.

Herramientas para evaluar amenazas:

  • Contexto. Es el elemento más importante a analizar, habrá que evaluar si conozco a quien me ha amenazado, qué medio ha utilizado, en qué momento ha realizado la amenaza, si ha proporcionado información personal a la que pocas personas tienen acceso, si hay alguien que tenga intenciones de hacerme daño, etcétera.
  • Contenido. En una amenaza, pesa más el contexto que el contenido de la misma, no es necesario que haya expresiones violentas o descripciones gráficas para que la amenaza sea más creíble. Una amenaza creíble puede no hacer mención directa del daño que se pretenda causar.
  • Lenguaje. También pesará más el contexto sobre el lenguaje, la amenaza más creíble no siempre es la que tiene el lenguaje más violento, más groserías o descripciones más gráficas, una amenaza creíble puede ser sutil y con un tono amable, inclusive.

Las amenazas son la expresión de la intención de hacer daño y no admiten condiciones o alternativas.

Una amenaza no incluye las palabras “si, amenos de que, hasta que”, las frases que contienen estas palabras son una forma de intimidación y ponen condiciones que podrían ser cumplidas para evitar daño, como:

“Si no me envías dinero, voy a publicar tus fotos”

“Voy a golpearte, a menos de que te disculpes”

El objetivo último de quien intimida es conseguir que sus condiciones sean cumplidas y no tener que causar daño,ientras que quien amenaza no ofrece condiciones porque ve pocas alternativas viables para lograr su cometido.

Una amenaza es más creíble y peligrosa en medida que se retrasa su mención en la discusión, es decir:

  • Una amenaza temprana dentro de una discusión acalorada puede ser una reacción emocional de frustración de quien la emite.
  • En la medida que pasa el tiempo, las amenazas se vuelven más creíbles y peligrosas pues probablemente quien amenaza ya tuvo tiempo para evaluar las posibilidades de conseguir su objetivo y se queda sin opciones por lo que sólo le queda la amenaza y la intención de hacer daño.

Según Gavin de Becker, las amenazas son como las promesas, hoy podemos prometer una cosa y mañana cambiar de opinión, tanto las amenazas como las promesas son fáciles de hacer y no tan fáciles de cumplir. Las promesas tienen consecuencias si no se cumplen, las amenazas no.

¿Qué hacer ante una amenaza?

  • Recuerda que una amenaza busca provocar incertidumbre y la incertidumbre despierta reacciones emocionales fuertes. Es importante que evalúes con calma y racionalmente la amenaza y el contexto. Puedes encontrar algunas herramientas para volver al aquí y al ahora, acá.
  • Una amenaza tiene el poder que quien la recibe lo da, quien amenaza tiene que cumplir su amenaza o retirarse, tú no tienes que hacer ninguna de esas cosas.
  • La recomendación general es no mostrar miedo ante la amenaza, mostrarse lo más neutral posible y buscar apoyo de inmediato.
  • Activa tus redes de apoyo, puedes revisar pautas para crear un protocolo de seguridad, aquí.
  • Busca ayuda y asesoría legal en nuestro directorio.
  • Confía en tu intuición y recuerda que siempre puedes activar la ruta de emergencia.

Gavin de Becker, “ The Gift of fear” survivial signals that protect us from violence