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Más allá del “Amiga date cuenta”

En esta sección revisaremos los elementos que componen el círculo o espiral de la violencia y algunas consideraciones que habrá que tener presentes como amigues de una persona que está en una relación violenta.

Salir de una relación violenta no es tan fácil como “darse cuenta” y ya, las relaciones violentas suelen tener una dinámica codependiente o de codepencia en círculos que es importante detectar para poder actuar y pedir ayuda.

Leonor Walker, una psicóloga norteamericana, formuló la teoría más aceptada hasta el momento para explicar las dinámicas de violencia, las etapas de este círculo o espiral son:

Momento previo. Es raro que una relación sea violenta desde el primer día, al inicio de la relación no hay conflictos evidentes, se pasa por una etapa de enamoramiento que hace que no existan desacuerdos y que las complicaciones sean pocas. A medida que pasa el tiempo, se pueden empezar a percibir ciertos cambios, por ejemplo, que esa calma se sostiene gracias a los esfuerzos hechos por una de las partes involucradas para evitar inconvenientes y desacuerdos y así se inicia con la segunda etapa del círculo, la acumulación de tensión.

El dicho de que las relaciones violentas fueron así de violentas desde el primer día y es responsabilidad de la víctima permanecer ahí, es un mito muy extendido, puedes revisar otros mitos de la violencia y el amor romántico acá.

Acumulación de tensión. En esta segunda etapa empiezan a surgir, se empiezan a hacer evidentes e incontenibles, desacuerdos que revelan la verdadera personalidad de la persona agresora, inicia el maltrato psicológico y los intentos por ejercer control. Aparecen el menosprecio, los sarcasmos, la ira contenida, las peticiones imposibles de cumplir y solicitadas a punta de manipulación.

Explosión. Se produce una descarga de las tensiones acumuladas e inician agresiones más graves: psicológicas, físicas o sexuales, inclusive una mezcla de todas. En esta etapa la víctima empieza a justificar a quien le agrede y a mostrar esperanza de que, en algún punto, cambiará.

Luna de miel. En esta etapa quien agrede compensa a la víctima por el maltrato recibido y promete no volver a violentar, esto alimenta la esperanza de la víctima en el cambio, hasta que se vuelve a acumular tensión y se repite el ciclo aumentando la intensidad de las explosiones, debido a este aumento en la intensidad de la violencia se habla de una espiral ascendente.

Como amigue o acompañante de alguien que vive violencia, tienes que tener presente la estructura de este círculo y tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

Asumirse víctima de violencia tiene un peso social muy fuerte, la sociedad nos culpa por sufrir violencia y nos lo hace saber a través de insultos y negativas de apoyo. Aunado a esto, es probable que tu amigue tenga sentimientos que considere de amor hacia quien le agrede, asumirse su víctima es una forma de “traición”. Por eso a veces es difícil que, aunque las agresiones estén ahí, nos asumamos víctimas.

  • Algo que ha hecho quien le agrede es repetirle que nadie le quiere y sólo tiene valor para la persona que le agrede, cuando como amigues nos alejamos porque estamos cansades o frustrades por la inacción ante la violencia confirmamos a nuestre amigue lo que le dice quien le agrede. Acompañar a alguien que vive violencia implica mucha paciencia y resistencia, no va a ser un proceso rápido o fácil.

Recuerda que quien agrede se ha encargado de crear una relación de codependencia.Le maltrata, sí, pero ha creado un mundo en donde es indispensable, no hay a dónde ir, ni a quien pedirle ayuda, el futuro es incierto lejos de quien le maltrata.

  • Probablemente tu amigue actúa así debido a una adaptación psicológica llamada “síndrome de indefensión aprendida” que experimentan quienes viven violencia de forma constante, ha intentado muchas veces hacer cosas para evitar la violencia; sin embargo, nada de eso ha funcionado y la reacción para protegerse del dolor constante y la sensación de impotencia es la inhibición y la disminución de su capacidad de reacción ante la violencia.
  • Otra posibilidad es que la inacción sea un mecanismo de defensa, pues se sabe en un riesgo mayor si actúa frente a la violencia, ya ha pasado en algunas ocasiones.
  • Estas adaptaciones psicológicas llevan a las personas que experimentan violencia de manera sostenida a: 

1) guardar la esperanza de que habrá un cambio futuro en la conducta de la persona que le agrede,

2) pensar que sus acciones ya no tienen impacto en la conducta de quien le agrede, así que no hay razón para tomar decisiones pues ninguna acción emprendida podrá frenar la violencia.

La estrategia a seguir en estos casos es mantener la comunicación lo más constante posible, escuchar, no juzgar, ni poner la responsabilidad de la violencia vivida en tu amigue, hacer preguntas que vayan encaminadas a resaltar la estructura del círculo, de forma amorosa y cuidadosa y sobre todo expresar y demostrar tu apoyo, recordarle que lo que está viviendo es injusto y no es su culpa.

  • Recuerda que aunque la relación no sea sana es muy probable que tu amigue tenga fuertes sentimientos de amor y apego hacia la persona que le agrede, juzgar, insultar o atacar a quien le agrede puede resultar en que tu amigue se aleje de ti y termine de aislarse.
  • Acompañar a alguien que vive violencia puede ser frustrante, doloroso y muy difícil, recuerda que es importante cuidar de ti y de tu salud mental, no tienes que poder solx con la situación. Si lo necesitas, busca ayuda, puedes consultar en nuestro directorio servicios para atender tu salud mental y emocional.